El sistema financiero chileno está atravesando una evolución acelerada, profunda y positiva. En el centro de esta transformación se encuentra el Sistema de Finanzas Abiertas (SFA), una iniciativa liderada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) e inspirada en exitosas experiencias internacionales, que da vida al corazón de la Ley Fintech, en vigor desde 2023.
Este nuevo sistema abre las puertas a un ecosistema donde los servicios financieros basados en tecnología conviven, colaboran y compiten con los actores tradicionales. Su implementación permitirá el desarrollo de nuevas soluciones en medios de pago, acceso al crédito, transacciones de valores, entre otros, promoviendo así la competencia, la innovación y una mayor inclusión financiera en nuestra sociedad.
En términos simples, este sistema permitirá que cada uno de nosotros pueda decidir con quién compartir nuestra información financiera. Gracias a esta apertura, distintas instituciones —bancos, fintechs, aseguradoras y otros— podrán 'conversar' entre sí a través de tecnología, siempre con el consentimiento de los usuarios. Esto abre la puerta a una nueva generación de productos financieros más personalizados, ágiles y competitivos, diseñados a la medida de las necesidades de cada quién, y a un menor precio. Porque cuando cada uno tiene la opción de decidir, todos compiten para ofrecerte algo mejor.
La experiencia internacional ha sido clave para entender que las finanzas abiertas no son solo una tendencia: son una oportunidad real para transformar cómo accedemos y usamos los servicios financieros.
En Reino Unido, la adopción del modelo de finanzas abiertas ha crecido un 40% año a año. ¿El resultado? Una ola de innovación que ya se siente en el día a día de las personas y las pymes. Solo en marzo de 2025, los pagos hechos a través de open banking aumentaron un 67% respecto al mismo mes del año anterior.
Brasil también está marcando la pauta. Hoy es uno de los ecosistemas de finanzas abiertas más grandes del mundo. En solo un año, pasaron de 43 millones a 62 millones de consentimientos activos, con más de 2.300 millones de transacciones exitosas por semana. Esto ha abierto las puertas a nuevos actores, ha facilitado el acceso al crédito y ha generado competencia sana para beneficiar directamente a los usuarios.
¿Y Chile? Vamos por buen camino. Estamos avanzando de manera coordinada, firme y con visión de futuro. Pero este es el momento clave para acelerar: construir confianza, apoyar la regulación y colaborar entre todos para que las finanzas abiertas no sean solo una promesa, sino una realidad que impacte positivamente a millones de personas.
El futuro está abierto. Y es ahora.