Vivimos en una era donde la seguridad digital es una constante preocupación personal. Cambiamos la contraseña de Netflix, la del correo, y por supuesto, la de redes sociales como Facebook o Instagram, casi de forma instintiva cuando algo no nos cuadra o escuchamos sobre una brecha de seguridad. Es una buena práctica, una reacción natural para proteger nuestra vida privada, nuestros recuerdos y nuestras interacciones sociales.
Sin embargo, surge una inquietud: ¿Aplicamos la misma rigurosidad a las credenciales relacionadas en nuestra empresa? La realidad es que, a menudo, no solo no se cambian con la frecuencia ideal, sino que, por rutina o búsqueda de "comodidad", se comparten sin una evaluación profunda del riesgo. Esta práctica, especialmente en emprendimientos y pymes chilenas, puede exponerlas a vulnerabilidades financieras significativas.
En Sheriff, observamos frecuentemente cómo las credenciales del SII de una empresa son solicitadas o entregadas con una aparente normalidad, casi como un dato de contacto más. Detrás de esta aparente comodidad por la agilidad ("Dame la clave para hacer este trámite rápido" o "Así es más fácil para el contador o el asesor") se esconde una subestimación del riesgo real, lo que puede llevar a consecuencias imprevistas y potencialmente graves.
Quien tiene la clave del SII tiene acceso a la radiografía completa de tu negocio: desde la facturación, los ingresos y gastos, hasta la información de tus trabajadores, tus deudas, tus bienes y tus datos tributarios más sensibles. Con esta información, un actor malicioso puede hacer maravillas... para liquidar tu emprendimiento. Piensa en estas situaciones de riesgo:
● Emisión de documentos tributarios falsos: Pueden generar facturas, boletas o notas de crédito que no corresponden a tu operación, creándote deudas inexistentes o facilitando la evasión de impuestos a nombre de terceros. Además, al tener acceso a los datos de la empresa, podrían identificar a los representantes legales para realizar estafas más elaboradas, como suplantación de identidad para solicitar créditos o iniciar trámites fraudulentos a nombre de la compañía.
● Solicitud de devoluciones indebidas de impuestos: Podrían desviar fondos que le corresponden a tu empresa a cuentas fraudulentas, afectando directamente tu flujo de caja.
● Acceso a información sensible: Tu Carpeta Tributaria Electrónica contiene detalles cruciales de tu salud fiscal, que podría ser vendida a la competencia o usada para armar fraudes más sofisticados.
● Manipulación de datos clave: Podrían realizar cambios en datos de contacto o domicilios, desviando comunicaciones o creando un caos administrativo que afecte tus operaciones.
Es alarmantemente fácil que, con esas credenciales, se pueda liquidar a un emprendimiento o dañar irreversiblemente su moral y reputación. Es una puerta abierta a la manipulación contable, la evasión fiscal a tu nombre y la malversación de fondos que puede llevar a la quiebra.
Es crucial reflexionar: ¿Qué tan conscientes somos de las implicaciones de compartir credenciales, y qué necesitamos para adoptar prácticas más seguras? La expectativa no debería ser esperar un incidente grave que exponga a un gran número de empresas chilenas para actuar. Es un momento clave para ser proactivos. La seguridad de tus credenciales no es una mera sugerencia; es un imperativo empresarial. Evitar la mentalidad de "a mí no me va a pasar" o "es solo un favor" es el primer paso.
La tecnología ya nos ofrece soluciones para operar de forma segura y eficiente sin comprometer la integridad de tu información más valiosa. En Sheriff, hemos construido una plataforma que te permite obtener toda la información que necesitas para evaluar a terceros y gestionar el riesgo de tu empresa, sin que tengas que compartir la clave de tu SII o de otras plataformas sensibles. Accedemos a más de 25 fuentes de información pública y privada con Inteligencia Artificial, para darte la visibilidad que necesitas, de forma segura y confiable.