Cobros de marcas de tarjetas de crédito a comercios debieran ser 30% menor, dice investigador

Se trata de Joaquín Poblete, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería. En febrero, el Comité para la Fijación de Límites a las Tasas de Intercambio, publicó las tasas transitorias hasta llegar a un cálculo para los cobros definitivos.

Autor:
Maximiliano Villena
May 19, 2022

Desde que se dio inició al modelo de tres partes, la disputa por las comisiones entre las marcas de las tarjetas, los comercios y las fintech no ha hecho más que crecer.

En agosto de 2021, se publicó la ley que crea el Comité para la Fijación de Límites a las Tasas de Intercambio, cuya función consiste en determinar los límites a las tasas de intercambio aplicables a todas las transacciones con tarjetas del país, esto es, la tarifa que actualmente fijan las marcas de tarjetas (como Visa o Mastercard) para que el adquirente (como Transbank o Getnet) le pague a los emisores (cualquier entidad que emita tarjetas, como un banco) por la venta de bienes o la prestación de servicios por entidades afiliadas (comercios) en el país.

En febrero, la entidad determinó que las tarjetas de débito tendrán una tasa de intercambio máxima de 0,6% sobre el valor de cada transacción. En tarjetas de crédito, ese límite se sitúa en 1,48%, y en tarjetas de prepago estará en 1,04%.

Esto significa que, a diferencia de lo que ocurría antes, las tarjetas de débito y prepago tendrán tasas diferentes. Anteriormente, siempre se había considerado la misma tasa para ambos tipos de tarjetas.

Las tasas de intercambio son los cobros que las marcas de tarjetas fijan a los comercios que reciben transacciones con estos plásticos.

Sin embargo, estas tasas son transitorias, hasta que se fijen los límites definitivos del proceso, 60 días hábiles tras la entrada en vigencias de los cobros transitorios.

Joaquín Poblete, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, ISCI, y académico de la Universidad Católica, fue el encargado del informe titulado “Fijación de tasas de intercambio, un aporte práctico a la regulación del mercado de pago con tarjetas de crédito débito y prepago en Chile”.

El estudio “considera que la expansión del uso de las tarjetas electrónicas como medio de pago se ha dado fundamentalmente por expansión y aumentos de ventas de comercios que ya reciben las tarjetas, pero se ha estancado la incorporación de nuevos comercios al sistema como sugiere la evidencia”. Asimismo, que el aumento en el pago con tarjetas resulta del mayor número de ventas y la expansión de comercios que aceptan tarjetas, en contrario de la incorporación de nuevas empresas al sistema.

A juicio de Poblete, el límite para las tarjetas de crédito, cuya tasa está en 1,48 puntos porcentuales, debiera bajar al menos a 1 punto porcentual (un 33%). En tanto, la tasa para tarjetas de debito, que está en 0,6 puntos porcentuales, debiera disminuirse al menos a 0,5 puntos porcentuales (un 16%).

“Desde el punto de vista teórico, las tasas debiesen ser las que determina el test de indiferencia al comercio. Esto lo reconoce el comité y así lo afirma también Eduardo Saavedra, asesor técnico del Comité. Sin embargo, las tasas fijadas son mayores a las que se han calculado de acuerdo a este test para todos los países del mundo. Las tasas además son mucho más altas que las que recomendó el mismo experto contratado por el comité”, plantea Poblete.

En esa misma línea, señala que “ los porcentajes que calculo tienen que ver en cuánto tendrían que bajar para cumplir con la recomendación del experto, pero que también coinciden con lo que uno esperaría del test”.

En términos prácticos muchos países, incluyendo la mayoría de los de la Ocde, han optado por imponer regulaciones en las tasas de intercambio basados en regulaciones inspiradas en el “Test de Indiferencia del Comercio” (MIT). Sin embargo, Poblete también apunta que “un efecto adicional que parece ser consecuencia de la regulación es un alza de las comisiones (reducción de beneficios) que los emisores le cobran a los tarjeta-habientes”.

Según el investigador, “las tasas mantienen un balance en el mercado entre comercio y tarjeta-habiente. Al bajarlas, se hace más económico para los comercios asociarse al sistema, aunque los bancos podrían estar menos dispuestos a dar beneficios a los tenedores de plásticos. Pero lo que se ha visto en Chile es que falta que más comercios se afilien al sistema”.

El estudio del académico, también argumenta “que un peligro de la regulación es que esta sea inútil si las marcas de tarjetas utilizan sus comisiones para aumentar el descuento al comercio y traspasan esto a los consumidores o emisores”.