
El sistema fintech nacional enfrenta una fase crucial, impulsada por la entrada en vigor de nuevas disposiciones legales, un renovado apetito de capitales y los primeros indicios de maduración competitiva. A ojos de expertos, el contexto configura una ventana concreta para fortalecer la industria tecnológica aplicada a las finanzas y proyectarla hacia otros mercados de la región.
Al respecto Wherex -plataforma chilena de abastecimiento conectado que combina herramientas digitales con servicios financieros para optimizar compras corporativas y facilitar liquidez- identifica como reto central la construcción de un entorno normativo que entregue seguridad jurídica y resguardo a los usuarios, sin frenar el desarrollo de soluciones innovadoras ni generar obstáculos innecesarios.
Así lo plantea Javier Montero, gerente Fintech de la firma, presente en Chile, Colombia, Perú y México, quien subraya que alcanzar ese balance será decisivo para capturar el potencial de un segmento aún en expansión.
“Una implementación efectiva de la Ley Fintech, coordinada con la normativa de datos personales y el marco de ciberseguridad, puede convertirse en un habilitador fundamental para el desarrollo del sector”, señala el ejecutivo. A su juicio, el objetivo debe estar en un enfoque proporcional al riesgo, que permita escalar soluciones bajo reglas claras y previsibles.
El “efecto vitrina”
Desde el ámbito tecnológico coinciden en que un diseño regulatorio bien articulado no solo reduce fricciones administrativas, sino que también profundiza el sistema financiero, habilitando nuevos modelos basados en plataformas digitales. Este proceso avanza junto a señales concretas de consolidación.
Un ejemplo reciente es la compra del 100% de Klap por parte de Itaú, por cerca de $40 mil millones, operación destinada a integrar capacidades de emisión y respaldo para fortalecer su propuesta dirigida a pymes y comercios. Más allá del acuerdo puntual, el movimiento es interpretado como una muestra de confianza en el mercado local y en la capacidad de las fintech nacionales para escalar operaciones.
“Este tipo de operaciones impacta el benchmark de valoración en la industria”, explica Montero, aludiendo al creciente interés por compañías con tamaño relevante, flujos recurrentes y estructuras operativas robustas. Un “efecto vitrina” que vuelve a posicionar a Chile en el radar de inversionistas y actores regionales, considerando atributos como menor riesgo país y un escenario internacional con expectativas de tasas de interés más bajas.
Proyección regional
El desarrollo de plataformas con alcance latinoamericano adquiere un rol estratégico. Wherex proyecta procesar transacciones por más de US$2,5 billones hacia fines de este año en la región. Desde 2020, por lo demás, la compañía ha quintuplicado su tamaño y actualmente cuenta con más de 200 grandes empresas compradoras y cerca de 60 mil proveedores activos en su marketplace. Asimismo, su unidad financiera ha canalizado US$250 millones en financiamiento.
“Chile tiene condiciones para transformarse en una plataforma regional de servicios financieros tecnológicos. La estabilidad institucional, la experiencia normativa y el capital humano son ventajas relevantes para competir a nivel latinoamericano, aunque siempre y cuando exista coordinación entre autoridades y actores del ecosistema”, puntualiza Montero.