Tras superar la barrera local, el eco de laactividad fintech latina llega a fondos internacionales, cuyas respuestas seconcretan en constantes montos millonarios de inversión y la promesa de unmercado cuyo éxito apenas ha iniciado
La travesía fintech que inició hace unosaños en Latinoamérica está otorgando una generosa cosecha de inversión -yatención- de capital extranjero. Una incesante actividad que, además de cambiarla percepción de la región frente a fondos globales, marca la ruta decompetencia entre inversores locales e internacionales. La dinámica responde auna hoja de ruta preestablecida de startups que dibujaron el qué y el cómo delemprendimiento fintech, pero también a factores de oportunidad, madurez deciertas verticales y talento que rota en segmentos de todo tipo y origen. Noqueda duda de que América Latina está experimentando una especie de tormentaperfecta, que ha permitido colocar a la región como un mercado relevante deseguimiento para los próximos años, de acuerdo con los expertos. “El sector detecnología va a liderar el crecimiento económico de la región y a la vanguardiaestarán las fintech”, aseguró en conversación con iupana Miguel Armaza,cofundador de Gilgamesh Ventures, fondo de inversión en seed y serie A enfintech de América Latina y Estados Unidos. Antes de la pandemia, la únicaempresa de tecnología que estaba entre las 10 compañías más valiosas deLatinoamérica era Mercado Libre. Sin embargo, es probable que el ritmo decrecimiento se acelere a una tercera parte del tiempo que le tomó a EstadosUnidos consolidar su segmento tecnológico, de acuerdo con Armaza. “Hace 15años, las compañías de servicios tradicionales ocupaban el 90% del top de las empresasestadounidenses más valiosas, y solo el 10% eran de tecnología. En laactualidad, más del 50% son del sector tech; es decir, seis de 10. En AméricaLatina va a suceder lo mismo”, proyectó. En este sentido, las llamadas‘megarrondas’ -como los US$ 250 millones de Clip o los US$ 430 millones deEbanx– de las últimas semanas siguen un patrón de startups que arrancaron en laregión hace menos de 10 años. Mientras tanto, los nuevos jugadores tienenrondas “más pequeñas” -aunque también por millones- debido a su reciente debut.Sin embargo, estas nuevas fintech también podrían alcanzar sus propiasmegarrondas, tan pronto como los próximos cinco años. Aunado a ello, lasoportunidades de crecimiento en Latam son enormes, no solo por la masapoblacional de más de 650 millones, sino por la desconexión financiera generadapor la falta de infraestructura. “Los latinoamericanos hemos estado muy malservidos por los bancos. Hay un problema de inclusión y de calidad. La mayoríade los agentes financieros se han enfocado en la crema de la torta, no se hanpreocupado en innovar y tienen una carga pesada en sus legacy systems”, opinóMartín Aspíllaga, partner y cofundador de Salkantay Ventures, firma peruana decapital de riesgo de inversión regional. Para Aspíllaga, la combinación entremasa de consumidores insatisfechos y las soluciones de conexión a bajo costoestán abriendo el paso a una serie de competidores especializados en modelosnativos digitales, un espacio virgen que los negocios tradicionales no habíanexplotado hasta el momento.
Fintechs latinas en el ojo mundial
Algunos casos de éxito han otorgado el voto deconfianza para que inversionistas fijen una mirada cada vez más grande en elmercado latinoamericano. Previo a ello, el growth capital en la región era untema sin referencias concretas de éxito. El ejemplo más obvio sería de una“startup financiera” llamada Nubank, que levantó una ronda de US$ 14 millonesen 2014. La inversión más reciente en esa empresa la dejó con una valuación deUS$ 30 mil millones. Pero hoy ya hay muchos otros ejemplos de fintechrespaldadas con inversiones VC que han crecido hasta ser negociosmultimillonarios. Inicialmente, las inversiones en etapas semilla, serie A y B,estaban enfocadas en construir modelos robustos, pero no se sabía con certezasi habría capacidad de follow-on capital con estas empresas. Pese a ello, conla entrada de fondos internacionales que tienen la capacidad de hacerinversiones grandes, se empezó a gestar un ambiente de ánimo entre ellos,despejando las dudas sobre una región que tuvo poco protagonismo durante años.Un hito importante fue en 2019, cuando Softbank abrió su cartera de inversión aAmérica Latina, desembolsando US$ 1000 millones en la app colombiana dedelivery, Rappi. En aquel entonces, el hecho se convirtió en una de las mayoresinversiones de venture capital en una empresa de tecnología de la región,cuando apenas un año antes las startups latinoamericanas habían recaudado US$2000 millones. “Los inversores extranjeros se han dado cuenta de que hay unpotencial enorme en la región y también le han perdido un poco el miedo”,comentó Rafa de la Guía, director en Quona Capital, fondo global especializadoen fintech en mercados emergentes. La mirada hacia el mercado latino era dedesconfianza, indicó de la Guía, pero otro factor que permitió aclarar laescena fue el trabajo de fondos regionales como Kazsek y Monashees, empresasque generaron retorno para sus inversores. Para el directivo, no resulta casualque muchas de las startups que han estado levantando rondas muy grandes en losúltimos meses tengan a fondos de seguimiento como QED o Quona entre susparticipantes. Otras de las respuestas naturales al nuevo flujo de capital esel desarrollo de fondos dedicados a fintech en América Latina, una práctica quese perfila como una nueva estrategia de los inversores ante la presión por unaasidua competencia con sus pares. También te puede interesar: Banca móvilarrasa en Brasil “De aquí a un año o dos, vamos a ver un incremento de fondosbasados en Estados Unidos con estrategias específicas para América Latina”,aseguró el cofundador de Gilgamesh Ventures. «Estados Unidos está bastantecaliente y competitivo y cada semana hay un nuevo fondo. Entonces, eso empuja alos inversores a buscar fuera de casa, y van a donde ven que hay muchísimovalor y donde se están creando excelentes compañías”, atribuyó Armaza. Paraseguir invirtiendo, estos fondos de Latam están viendo oportunidades en etapasmás tempranas. Es decir, un fondo que antes invirtió en serie B, ahora estáviendo oportunidades en serie A, mientras que un fondo de serie A está viendocon más interés las rondas semilla. Algunos socios inversores adjudican esteregistro no solo a la incursión de fondos más grandes en el territorio, sino auna especie de fear of missing out que contagia la práctica entre los mismos.“Hay un poco de competencia hacia los fondos que no tienen una marca fuerte.Ahora deben elegir entre sacrificar principios y el invertir en fundamentals,versus quedarse fuera”, sostuvo Rafael Correa, partner de Mouro Capital, firmade capital de riesgo británica con enfoque en startups de servicios financierosen etapa temprana de crecimiento en Europa, América del Norte y América Latina.Algunos inversores han cambiado su estrategia de participación, explicó Correa,apostando por rondas o pagando precios que en otras circunstancias noperseguirían. Es este ritmo lo que explica el crecimiento en el tamaño de lasseries: una ronda semilla de hoy tiene el tamaño de una serie A de ayer. Deforma particular, en Mouro Capital estudian las oportunidades caso por caso,sin depender de la tendencia del mercado; sin embargo -admitió el socio- enocasiones sí han tenido que adaptarse al contexto enérgico del sector. “Escomplicado de gestionar. Es verdad que hemos visto algunas cosas subidas deprecio en las que nos hubiese gustado invertir, pero que no hemos podidohacerlo porque no le veíamos una justificación al precio con las métricas denegocio o el estado de la compañía”, dijo Correa. “A lo mejor, lo que nos haafectado es eso: que hemos tenido que dejar pasar una oportunidad en la que noshubiese gustado participar”, agregó.
Ciclo de experiencia fintech
El incremento de unicornios en Latam también hadado el banderazo de salida para que el talento local se comporte como unadoctrina para los emprendedores debutantes. De acuerdo con los especialistas,en la región se observa una especie de circuito profesional donde losfundadores de startups alojan un background y expertise de sus experienciasprevias en otras compañías de tecnología financiera. “Uno de los factores queha influido en esta tendencia es que hay más reciclaje en el ecosistema. Esdecir, estamos invirtiendo en los mismos fundadores, pero que ahora tienennuevas startups. Algo como un reciclaje de capital”, indicó Pedro Pablo delCampo, socio de Magma Partners, firma de capital de riesgo en etapa inicial conenfoque en startups de tecnología estadounidenses y latinoamericanas. Laretroalimentación para los emprendedores digitales está creando oportunidadesde negocio en la región, según del Campo. Y son los asiduos levantamientos decapital los que están confirmando este crecimiento del ecosistema. No obstante,apuntó el inversor, otra de las prácticas que dará luces sobre la consolidacióndel sector será la compra de empresas latinoamericanas. “Al final, estapráctica será lo más importante porque ese dinero va a ser de nuevo reciclado ypuesto en el ecosistema, y eso aceita mucho más la máquina para volverlo másrobusto”, sustentó. Si bien la solidez de los equipos para construir modelosdesde cero ha empujado la escena de atención, el territorio es todavía unespacio fértil para el desarrollo de nuevas soluciones y jugadores. También tepuede interesar: Una fuerza creciente: El auge de las mujeres fintech conllevagrandes beneficios “Una fintech en Estados Unidos lanza una solución einmediatamente aparecen otras 10. América Latina todavía está en un punto endonde tú puedes desarrollar una solución para el sector financiero y te vas aencontrar con pocos competidores. El panorama competitivo todavía es muyfavorable”, comparó Luis Narro, director ejecutivo de la Asociación Peruana deCapital Semilla y Emprendedor (PECAP). Para Narro, los subsectores fintech enLatinoamérica son todavía muy amplios y diversos, al igual que los países en laregión. Es decir, previo a las megarrondas, Brasil y México eran los mercadosde mayor oportunidad; sin embargo, ahora el flujo de capital se hademocratizado hacia otras jurisdicciones, pero aún es necesario ampliar labase. “Lo que falta ahora es que esto que está pasando en algunos casosresaltantes tenga un efecto masa, y que las inversiones se puedan dar en Perú,Bolivia, Paraguay, etc. Es decir, que todas esas soluciones que tienen espaldafinanciera y operan en México y Brasil, empiecen a operar también en otrosmercados de la región”, apunta. La búsqueda de soluciones a nivel regional esel principal atributo de evaluación, sobre todo para quienes se ubican enmercados fuera de Brasil o México, según indicaron desde Magma Partners. Endichos espacios, una startup local tiene la oportunidad de crecer debido a lagran cantidad de personas sub-bancarizadas. Sin embargo, para una empresalocalizada en Chile o Perú, el ADN del negocio debe tener como base lainternacionalización. «Creo que es ahí donde van a estar los grandes ganadores.Hoy en día todos están pensando en Brasil y México, pero veo mucha actividadfuera de esos mercados que quizás son más pequeños, pero que están pensando anivel regional, y eso es vital”.
Fintechs 2.0, nuevos nichos de oportunidad para elsector
Para el próximo lustro, los grupos corporativoscon los que iupana conversó enlistaron una serie de verticales fintech cuyodesarrollo se solidificará en la escena. La banca abierta, los espacios paramodernizar la infraestructura financiera y el uso de criptomonedas serán lasdimensiones más ocupadas. A la vanguardia, las soluciones de open banking sedefinen como la escena de mayor promesa, ello aunado a los vientos regulatoriosque se gestan en la región, con México y Brasil a la cabeza del desarrollonormativo. Este último territorio, por ejemplo, ha sido el “más agresivo einnovador” en temas de banca abierta, según de la Guía, por lo mismo que lleva10 años en la misión de liberalizar la competencia, mientras ha estado“arañando el monopolio”. Pese a ello, aunque Brasil se perfila como un país dereferencia para la exposición y entendimiento del marco legal, la percepción yaplicación de open banking difiere de un estado a otro. “En México, el openbanking es decir dónde está el cajero de un banco, pero eso en realidad es comoun brindis al sol. Sin embargo, a nivel de la importancia que puede tener en elconsumidor, hay mucho por hacer», consideró el director de Quona Capital. Lacapitalización de un modelo de negocio en el marco de la banca abierta será undesafío para las futuras verticales fintech. A la par, el nuevo campo decompetencia también abrirá la puerta a la siguiente generación deinfraestructura tecnológica para nuevos players de la industria. “Algunasinstituciones han empezado a darse cuenta que, en vez de luchar contra la nuevaola de innovación, tienen que aprovecharla, y -si pueden colaborar más conalgunos de estos innovadores-, van a poder ser parte del movimiento”, aseveróde la Guía. También te puede interesar: La estrategia de crecimiento de YapeBCP pretende convertir la billetera en un servicio con acceso a más productosDesde Perú, Luis Narro añadió a la cápsula de innovación la consolidación del mercadocripto. La primera ola de los criptoactivos llegó a Latam en formato de walletsy exchanges, pero –asegura- hay muchos otros casos de uso por explorar yexplotar. Por su parte, el socio de Salkantay Ventures apuntó hacia laindustria insurtech como otro de los espacios de crecimiento para los añosvenideros. “Hay una gran oportunidad en seguros 2.0. Algunos de los problemasque hemos visto en las compañías de venta online es que el costo de adquisiciónes alto. Entonces, tendrían que encontrar una forma de trabajar con brokers ocompañías de seguros para tener mayor retención y ofrecer un mejor UX”, comentaAspíllaga. En suma, el inversor peruano manifestó que se gestará una revoluciónen todos los espacios fintech de Latinoamérica, pese a lo “fracturada” que seencuentra en términos de económicos, políticos y sociales. Por su parte, elinversionista de Gilgamesh Ventures expuso que, para lograr el crecimiento delecosistema a nivel regional, es necesario que las startups se apoyen entre sí,una práctica recurrente en el alojamiento estadounidense de las grandescorporaciones, Sillicon Valley. “[En SV] es casi como una tribu. Es aceptablela cultura de fallar”. “Por un lado, puede ser que estés compitiendo con otrafintech, pero al mismo tiempo es casi una historia de David y Goliat. Entre lasfintech hay esa camaradería que tal vez no existe necesariamente de manera tanfuerte en otros sectores, y espero que continúe, y que los mercados localesacepten más a la cultura startup”, concluyó Armaza. También te puede interesar:Pix planea una ambiciosa expansión en Brasil tras su enorme crecimiento