En la actualidad, el débito se ha consolidado como uno de los medios de pago más utilizados en la región, superando en frecuencia al crédito en muchos segmentos. Su masificación responde a que está directamente vinculada a la cuenta corriente o vista de los usuarios, lo que genera confianza y transparencia en el manejo de los recursos. Además, representa una herramienta clave para la inclusión financiera, ya que llega a un número significativamente mayor de personas que el crédito, permitiendo así que más consumidores participen activamente en la economía formal.

“Con esta innovación buscamos ampliar el acceso al financiamiento de manera responsable y llegar a segmentos que no cuentan con tarjeta de crédito. Queremos que más personas puedan acceder a productos y servicios, y que los comercios tengan la oportunidad de vender más y mejor”, señaló Marialejandra Medina, Head Marketing of Flow.

El uso de tarjetas de débito como medio de pago en cuotas permitirá a los comercios llegar a nuevos mercados, dar salida a productos en stock, impulsar lanzamientos de mayor valor y liquidar inventario de forma más ágil.

Para los compradores, en tanto, esta opción representa un valor agregado: la posibilidad de adquirir productos de mayor valor y administrarlos en pagos más cómodos, lo que se traduce en más control sobre sus finanzas.