Rondas de inversión cierran semestre récord y áreas e-commerce y fintech están entre las que más crecen en los últimos 10 años

El mundo del emprendimiento y el financiamiento están hoy en el momento justo para que la curva sea ascendente con fuerza, con tickets por negocio local sobre el promedio histórico.

Autor:
Marisa Cominetti
Jul 1, 2021

El mundo del emprendimiento y el financiamiento están hoy en el momento justo para que la curva sea ascendente con fuerza, con tickets por negocio local sobre el promedio histórico. Según el primer estudio del venture capital en el país, de la ACVC, antes el 90% de las inversiones eran de etapas tempranas, por hasta US$ 500 mil.

El punto de inflexión, la guinda de la torta o la punta del iceberg. Sea cual sea la expresión, el dato es el buen momento que vive el ecosistema chileno de innovación y que se refleja en que el primer semestre de 2021 fue histórico en cuanto a levantamientos de capital y ticket de inversión. En el país y el extranjero, las startups nacionales captaron inversiones por más de US$ 1.540 millones, incluido el exit del primer unicornio, Cornershop, en que Uber adquirió el 47% que le faltaba de la empresa, en una operación de US$ 1.400 millones que le significó a la firma de última milla una valorización por US$ 3.000 millones.

Todo este escenario corona el crecimiento sostenido de los emprendimientos de alto impacto tecnológico en la última década y el surgimiento de una amplia industria de venture capital (VC), con aportes públicos desde Corfo inicialmente y hoy con una participación cada vez mayor y diversificada del sector privado a través de sus propios fondos de capital de riesgo, family offices y los corporate venture capital.

“El panorama está cambiando notoriamente, ya que no se trata de unas pocas empresas que alcanzan el éxito y la internacionalización, sino que se ha logrado desarrollar un verdadero ecosistema de inversión que promueve el crecimiento sostenido de este tipo de compañías. Los ejemplos más notorios son Cornershop o The NotCo, pero también existen varios otros que son un aporte al desarrollo tecnológico de Chile y el mundo”, afirma Francisco Guzmán, presidente de la Asociación Chilena de Venture Capital (ACVC) y socio de Carey.

Y es ahí donde se sustentan las expectativas para lo que viene, coinciden en la industria, ya que bajo los grandes deals de este año, existen otros más chicos que están en línea para despegar. Es decir, ya no son casos aislados las startups locales que atraen a grandes inversionistas y logran tickets más altos para abordar su escalamiento e impulsar su internacionalización.

“Cada año aumentan los números de transacciones, las altas valorizaciones, el monto total de las inversiones y empleo relacionado a la industria del capital de riesgo”, agrega Guzmán.

Una visión que reafirma Evelyn von Bischhoffshausen, general partner en Kayyak Ventures de la familia Ibáñez Atkinson, al señalar que la industria del capital de riesgo “juega un rol clave en resolver los grandes desafíos del país. La combinación de talento, capital y tecnología es esencial para generar crecimiento económico sostenible, menor desigualdad y más oportunidades de empleo”. Y agrega que en Chile, al igual que en Latinoamérica, la actividad vive un gran momento: “Esta ha demostrado ser resistente a las condiciones macroeconómicas, de mercado y políticas, y en particular al covid-19”.

Primer escáner

Dada la importancia que ha adquirido el emprendimiento tecnológico y su financiamiento, la ACVC, con el apoyo de Microsoft, realizó el primer estudio sobre la industria del capital de riesgo nacional, con el fin de comprender su crecimiento e impacto en la economía. “Nos parece clave entender cómo las empresas de ciencia y tecnología pueden convertirse en un motor de desarrollo, generando un cambio de la matriz productiva al transitar desde la exportación de commodities a la exportación de talento altamente calificado y soluciones tecnológicas de alcance global”, resalta Guzmán. Desde Microsoft, Wilson Pais, director Empresas & Ecosistemas Digitales en Latinoamérica, indica que “estamos muy comprometidos en apoyar a las empresas nativas digitales, startups, scaleups y emprendedores en Chile, sobre todo en los momentos que estamos viviendo, para que escalen su negocio a nivel global y fomentar la recuperación del país”.

De acuerdo al informe —que se hizo a partir de información de 90 empresas, 18 fondos y 243 deals entre 2012 y 2019 ligados a la ACVC— el venture capital registra un aumento considerable desde 2017 en la cantidad de inversiones en startups: de 20 acuerdos en 2016, se pasó a 55 en 2018 y a 114 en 2019. Un crecimiento promedio de 82,7% en cuatro años.

En cuanto a las startups que reciben este tipo de financiamiento, el sector del e-commerce es el que más destaca, con el 35% del total de los montos invertidos. Esto, según Guzmán, es una “señal que denota que los inversionistas ya estaban alineados con el futuro de las ventas online, preparando la antesala de lo que sería la explosión acelerada de esta industria por la pandemia”. Otro sector que ha tomado fuerza son las firmas del área científica-tecnológica, donde solo las industrias de healthtech/biotech y agtech/foodtech representan en conjunto casi el 25% de la inversión de la muestra. “Ambos sectores deberían tener un crecimiento considerable por la crisis sanitaria, pero también por la presión sobre la producción de alimentos que se espera a causa del cambio climático”, dice el presidente de la ACVC.

En cuanto a las ventas, destacan las fintech. Pese a que las inversiones en estas ocupan el quinto lugar entre las empresas estudiadas, solo en 2019 sus ventas a nivel local superaron en más de 12 veces lo invertido en ellas ese mismo año. Esto respondería, en parte, al aumento del número de firmas del sector, al crecimiento en la inversión entre 2018 y 2019, y a sus ventas en el extranjero, que alcanzan el 65% de su facturación total.

Tickets al alza

Respecto de la distribución de la inversión, aún predominan, según el estudio, las operaciones en etapas tempranas, por montos de hasta US$ 500 mil, equivalentes al 90%, mientras que las inversiones correspondientes a etapas posteriores en el ciclo de las compañías solo son un 10% del total. “El venture capital debiera tender, al ir madurando, a una distribución inversa, es decir, que el 90% del total invertido debe destinarse a tickets por sobre US$ 1 millón y que solo el 10% se reserve para los deals de etapas tempranas”, comenta Guzmán.

En ese sentido, expertos aseguran que el ecosistema chileno va por buen camino, ya que en base a los tickets que se cerraron solo en el mercado local en la primera mitad del año, el promedio estaría más cerca de los US$ 2 millones anotando un valor récord, de acuerdo a información publicada o informada por las mismas startups. Aquí, por ejemplo, están Colektia (levantó US$ 4,2 millones), Focus Capital (US$ 4,5 millones), Xepelin (US$ 2,5 millones), Migrante (US$ 2,5 millones), F4F (US$ 4,5 millones), Instacrops (US$ 2,8 millones), Mudango (US$ 1,4 millones), 1DOC3 (US$ 3 millones), Houm (US$ 1,3 millones), Poliglota (US$ 2,5 millones), Rocketbot (US$ 2,1 millones), Talent (US$ 650 mil) y Strong By Form (US$ 65 mil).

El futuro: serie B

“En un mundo donde la crisis sanitaria ha generado tanto nuevas necesidades como oportunidades, darle tiraje a esas ideas disruptivas es esencial para atender a esos nuevos requerimientos y sortear la incertidumbre. Y en esto el venture capital tiene un rol protagónico, como lo ha demostrado su crecimiento en pandemia. Pero Chile no se puede quedar atrás. Prueba del trabajo que queda por hacer son las grandes inversiones extrajeras en empresas fundadas por chilenos, como NotCo y Betterfly, que aún no tienen equivalente en el país”, advierte Guzmán, quien en todo caso está optimista respecto del reto de levantar series B en el país. “Deberíamos aspirar a tener rondas de financiamiento serie B o con tickets de entre US$ 5 y US$ 10 millones”, añade y recalca que si bien aún no llegamos a eso, todos lo indicadores muestran hoy que el ecosistema está encaminado a lograrlo. “Lo que hacen los casos de éxitos es que animan a otros a invertir en este tipo de activos, ahora lo miran como algo interesante y están dispuestos a explorar. Además, incentivan a otros emprendedores a seguir este camino, entonces facilita que haya más rondas, porque hay nuevos actores tanto emprendedores como inversionistas”.

También está optimista Evelyn von Bischhoffshausen, “dado que cada vez vemos una mayor adopción de tecnologías, de número de emprendedores y de interés tanto de fondos internacionales, como family offices y grandes empresas por invertir en startups chilenas. La combinación de dichos factores sumado a los últimos casos de éxito, demuestran que el ecosistema está prosperando y que dicha tendencia llegó para quedarse”.

Para Catalina del Río, gerenta de Control Financiero de Inder Spa, de la familia Del Río, el emprendimiento y el venture capital están en un punto de inflexión en Chile. “Hay varios factores que se están conjugando para ampliar este ecosistema y potenciarlo. El primero es el ejemplo de éxito que están teniendo outliers como Cornershop, Notco y Betterfly; ellos han demostrado que se puede. Por el lado de los inversionistas, los fondos están empezando a sofisticarse y a aumentar tanto en tamaño como en cantidad (…) y también hoy existen más inversionistas privados que quieren tener acceso a estas oportunidades, ya sea de forma directa, o a través de fondos de inversión”. Parte importante de estos nuevos inversionistas, asegura Del Río, son los family offices: “Están viendo en este sector la oportunidad de completar la diversificación de su portafolio. Además, gran parte del atractivo de este espacio de inversión, viene dado por la certeza de que el crecimiento futuro del país va a venir de los emprendimientos de alto impacto, aquellos que logran crecer de forma rápida y acelerada. Estas son las empresas que crearán los productos y servicios del mañana y nos entregarán las soluciones que mejorarán nuestras vidas. Es por esto que al invertir en venture capital no solo se están buscando los altos retornos asociados al riesgo de este tipo de inversiones, sino también contribuir al futuro del país y a su desarrollo”.