Open banking: reflexiones hacia la banca del futuro

Columna de Opinión de Julián Quiroga

Autor:
Julián Quiroga
Sep 23, 2021

El mundo FinTech está viviendo una verdadera revolución en Chile. Hoy están irrumpiendo cada vez más empresas que utilizan la tecnología financiera en sus distintos servicios, lo que se suma a que acaba de ingresar al Congreso una ley que busca regular al sector.

Un proyecto que como industria valoramos enormemente, ya que no dudamos de que era necesario para un mejor desarrollo, pero que también nos debe invitar a reflexionar sobre algunos aspectos trascendentales que hoy no están del todo zanjados.

En primer lugar, nos llama la atención que a través de esta ley que promueve el "open banking" o finanzas abiertas se diga que se facilitará el financiamiento a las PYME, cuando en el pasado la banca ha demostrado históricamente ser lenta y regresiva en esta función.

Solo basta mencionar iniciativas como el Fondo Crece de Corfo, que se comenzó a implementar casi 10 meses después de su posterior anuncio, dejando a las PYME sin acceso a financiamiento por largo tiempo.

A raíz de lo anterior, las FinTech han cubierto este vacío y esto les ha permitido crecer de forma importante. Este sector ha registrado un incremento de casi 60% en el número de emprendimientos en los últimos 19 meses, pasando de 112 en julio de 2019 a 1.793 en marzo de 2021, según información de Finnovista.

En ese sentido, las FinTech han demostrado que pueden ser una alternativa real para las distintas necesidades financieras de las empresas más pequeñas, como en el caso de Fivana, a pesar de no contar con estándares de colaboración como el open banking, ya que utilizando la tecnología financiera han podido soslayar estas dificultades.

A ello se suma que tenemos un muy mal precedente de bloqueo unilateral a Khipu por parte del BancoEstado, argumentando erróneamente problemas de seguridad en circunstancias que todos los otros bancos colaboran con esta compañía sin problemas, lo que no deja de sorprender.

Es por esto que deberíamos preguntarnos cómo nos aseguramos de que la ley de open banking no sea utilizada por la banca para ir en contra de los mismos usuarios que encontraron en las FinTech las soluciones al financiamiento que necesitaban y que, históricamente, no han sido entregadas por la banca.

Al mismo tiempo, esperamos que no sea utilizada en contra de las propias FinTech para poner trabas regulatorias al funcionamiento y desarrollo que están teniendo en la actualidad. A raíz de los recientes episodios vividos en relación al bloqueo, es genuino preguntarse si los bancos podrían sentirse amenazados... y no en ciberseguridad precisamente.

En ese sentido, invito a la reflexión para abordar todos los ámbitos posibles que permitan despejar el camino hacia la banca del futuro. Como FinTech, lo último que queremos es que una nueva normativa nos ponga más trabas en nuestra labor de apoyo a las PYME, que han sido las más perjudicadas en el contexto de pandemia, y por tanto, las que necesitan más apoyo.

Espero sinceramente que banca y FinTech podamos convivir en un ambiente de sana competencia y reglas claras que sean justas para todos, no solo para los más antiguos del sistema. Finalmente, el objetivo del open banking es empoderar a los propios usuarios para que sean dueños de sus datos. No perdamos ese foco.

Editor
Diario Financiero

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