Fin de los estímulos económicos e inflación, la bencina que está haciendo subir el uso de tarjetas de crédito en la región

Los últimos dos años las compras con tarjetas de crédito habían disminuído a raíz de la mayor liquidez, pero en los últimos registros, con menores estímulos y la inflación golpeando todos los mercados, su uso está volviendo a crecer.

Autor:
Déborah Donoso Moya
Aug 23, 2022

Los últimos dos años las compras con tarjetas de crédito habían disminuído a raíz de la mayor liquidez, pero en los últimos registros, con menores estímulos y la inflación golpeando todos los mercados, su uso está volviendo a crecer.

Un fuerte crecimiento en el uso de tarjetas de crédito mostraron los principales bancos de la región durante el segundo trimestre del año, esto como resultado de una baja base de comparación ante el aumento de uso de efectivo por los estímulos de los gobiernos para enfrentar los efectos de la crisis sanitaria de los últimos dos años.

En Colombia, los datos de la Superintendencia Financiera muestra un alza de 10% en las tarjetas de crédito activas, las que a mayo de 2022 sumaban más de 16 millones.

El director de Fitch Ratings, Abraham Martínez, comentó a DFSUD que el uso de las tarjetas de crédito “ha crecido producto de una baja base de comparación luego de dos años donde una serie de estímulos monetarios, fiscales y los retiros de fondos de pensiones que provocaron una gran inyección de liquidez en los hogares, lo que contrapesó el uso de productos financieros y las compras con tarjetas”.

Felipe Carvallo, vicepresidente senior Credit Officer de Moody’s, apuntó además que “estamos viendo en la región bastante estabilidad en la calidad de las carteras a pesar de la incertidumbre política y la desaceleración económica, debido a que la liquidez de los hogares se mantiene alta”.

De acuerdo con el banco brasileño Itaú Unibanco, sus clientes alcanzaron los 126.300 millones de reales (unos US$ 24.400 millones) en tarjetas de crédito durante el segundo trimestre, cifra que significa un crecimiento de 43% frente a igual periodo de 2021.

“El aumento real de la demanda impulsó los ingresos de las tarjetas de crédito, lo que naturalmente afecta la cartera”, explicó a analistas el CEO de la firma, Milton Maluhy.

A mediados de 2021 la firma realizó “ajustes significativos” en sus carteras, entre ellas la de tarjetas de crédito, para enfrentar la alta inflación y la caída del PIB. “Esto ha afectado el crecimiento de nuestra cartera en general”, apuntó.

En este contexto, Itaú consideró que a raíz de que su cartera está relacionada mayormente con el consumo y donde todos los estratos de ingresos aumentaron su uso, incluso los más bajos, trabajó “preventivamente” con este último.

Martínez respaldó esto y detalló que las tarjetas se utilizan preferentemente para compras en cuotas/revolving y productos como los avances en efectivo.

Esto fue reafirmado por las cifras de Credicorp Capital, que maneja el mayor banco de Perú, quien vio un aumento a 4.435 millones de soles (unos US$ 1.150 millones) en el uso de tarjetas de crédito, cifra que implicó un alza 14,7% frente a igual periodo de 2021.

“El incremento del uso de tarjetas de crédito se debió a un cambio en el mix de la cartera, donde aumentó la participación de clientes revolving frente al total de pagadores”, explicó la entidad en su estado de resultados.

Bajo este contexto, el analista senior de Equity Research de Credicorp Capital, Daniel Mora, explicó que en Perú -desde el inicio de la pandemia- se registraron varios retiros de fondos de pensiones que significaron liquidez adicional para los hogares. “Esto permitió un incremento en el consumo y uso de tarjetas de crédito. Adicionalmente, la banca ha empezado a tener un mayor apetito en el segmento de consumo luego de la fuerte contracción en 2020. Uno de los productos que más ha evidenciado crecimiento ha sido las tarjetas de crédito”, explicó.

En el caso de Colombia, “el consumo ha sido el principal motor de la actividad económica desde la segunda mitad del 2021. Se juntan dos tendencias particulares, un fuerte consumo de hogares con un apetito de la banca por crecer en el segmento retail”, explicó, añadiendo que de los productos principales que están subiendo, incluso por encima de 20% anual, están la libre inversión y tarjetas de crédito.

Sin embargo, advirtió que “el alto nivel de inflación y tasas de interés comenzarán a desestimular el consumo y, por lo tanto, esperamos una gradual desaceleración en el uso de este producto”.

Alto crecimiento a bajo costo de adquisición

Durante el segundo trimestre, Bancolombia reveló que el consumo mediante tarjetas de crédito creció 10 millones de pesos (unos US$ 2,6 millones), cifra que mostró un alza de 27% frente a igual periodo de 2021.

“La actividad minorista mantiene un buen desempeño, propiciado por la dinámica de incremento en transacciones realizadas desde comercios tradicionales y comercio electrónico”, detalló la compañía.

Actualmente, Bancolombia alcanza una participación de mercado de 15,1% en tarjetas de crédito en circulación en Colombia, con las cuales se realizan el 27,2% de transacciones del país.

Asimismo, el banco mexicano Banorte destacó el crecimiento secuencial de su cartera, con un 4% en tarjetas de crédito, con las comisiones creciendo a doble dígito, principalmente “impulsadas por el negocio de tarjetas de crédito”.

Bajo este contexto, Banorte mantiene su participación de mercado de 10,4% en tarjetas de crédito y la colocación por medio de este formato ascendió un 11% anual a 41.044 millones de pesos mexicanos (unos US$ 2.000 millones).

“La otra cosa que ha sido una preocupación es que continuamos mejorando el crecimiento de las tarjetas de crédito bajo métricas de rentabilidad muy fuertes, pero también el costo de adquisición sigue bajando”, enfatizó.

Al respecto, el especialista argumentó que “el crecimiento de productos de consumo favorecerá el margen de interés neto y comisiones de la banca, no obstante, también tiene asociado un mayor costo de crédito y, desde el segundo trimestre de 2022, se han evidenciado señales de deterioro moderado en estos portafolios, aunque aún se mantienen en niveles saludables”.

Mientras que Carvallo subrayó que “los bancos han creado amplios colchones de reservas que podrían absorber aumentos en castigos si llegara a haber un deterioro”.

Finalmente, el argentino Banco Macro alcanzó un uso de 5.081 millones de pesos (unos US$ 37,4 millones) al primer trimestre de 2022, cifra 21% superior a igual periodo de 2021. Dentro de los financiamientos orientados al consumo, en el primer trimestre del año aquellos realizados con tarjetas de crédito bajaron 2% o 1.965 millones (unos US$ 14,5 millones) en relación al cuarto trimestre de 2021.

Por su parte, el experto de Credicorp Capital señaló que el mayor uso de tarjetas “favorece a la banca al generar mayores ingresos por intereses, en el caso que aplique, y también por un incremento en las comisiones asociadas a las tarjetas”.

En la vereda opuesta, “un sobreendeudamiento de hogares puede resultar en impagos o mora de cartera en los siguientes meses. Lo anterior, teniendo en cuenta el escenario de desaceleración económica, altas tasas de interés y alta inflación que pone presiones sobre la capacidad de pago de los hogares”, enfatizó, añadiendo que este comportamiento hará que la banca tenga que reportar más provisiones para hacer frente a un eventual deterioro de cartera, impactando los resultados y por ende la rentabilidad.

Hasta el segundo trimestre del año no se han visualizado presiones que obliguen a los bancos a generar mayores provisiones y el pago de clientes se ha mantenido estable.