Clapes UC aborda la irrupción de los sandbox en la regulación FinTech y aterriza su implementación en Chile

El centro de estudios asegura que estos espacios “ofrecen una oportunidad interesante que debe ser explorada y un camino viable para formular una regulación sensata”.

Autor:
Vicente Vera V.
Jun 18, 2021

El centro de estudios asegura que estos espacios “ofrecen una oportunidad interesante que debe ser explorada y un camino viable para formular una regulación sensata”.

Mientras el Ministerio de Hacienda aún no presenta el proyecto de Ley FinTech al Congreso, varios países de la región avanzan con diferentes alternativas de regulación para fomentar e incentivar la innovación del sector financiero. Una de las alternativas que han surgido son los sandbox que es un mecanismo regulatorio considerado como una especie de "plan piloto" de las innovaciones ligadas al sector financiero en la que se evalúa el modelo de negocios cuando este aún no es regulado. Todo este procedimiento es supervisado por las instituciones reguladoras.

El Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Clapes UC), realizó una investigación sobre las oportunidades y desafíos que hay para Chile sobre esta materia. El estudio estuvo a cargo de Shirley Redroban y Arturo Cifuentes resalta la idea de que los sandbox "permiten al regulador identificar los riesgos y potencialidades del producto o innovación en un ambiente controlado. De esta manera, se permite el aprendizaje sin crear riesgos excesivos y sin limitar la innovación". Los investigadores apuntan que "los desarrollos tecnológicos han modificado los modelos de negocios tradicionales, permitiendo la creación de nuevos productos y servicios con mayor accesibilidad y con menores costos. No obstante, la introducción de modelos cada vez más complejos ha supuesto importantes desafíos a nivel regulatorio". Debido a la irrupción de nuevos actores y sus modelos de negocios, el reto para las entidades supervisoras del mercado financiero "está en una regulación que debe ser capaz de identificar, comprender, adaptar y responder a los nuevos productos y servicios de manera oportuna y adecuada". La experiencia internacional muestra que entre los países que optan por desarrollar sandbox lo hacen "como marcos normativos flexibles que facilitan el avance de innovaciones potencialmente beneficiosas, y que al mismo tiempo ofrecen seguridad a los consumidores, y garantizan la estabilidad del mercado", afirma Clapes UC. Entre los países que han desarrollado estos espacios están Reino Unido, Singapur, Corea del Sur, Tailandia, México, Brasil, Colombia, entre otros. Entre los logros que han cosechado los sandbox es que, primero, "han demostrado tener éxito en la eliminación de las barreras a la innovación, permitiendo modificaciones a las normas y reglamentos y proveyendo de incentivos al mercado". Además, han facilitado el intercambio de conocimientos, promovido la cooperación y la creación de redes, así como la adopción de medidas concretas para el ensayo de proyectos. Las trabas locales

Aterrizando la situación en Chile, el estudio de Clapes UC menciona que uno de los problemas es "la resistencia a los cambios que lo caracterizan y la rigidez regulatoria imperante". Enfatiza que "el entorno regulatorio chileno es rígido y conservador. Si bien no es hostil a la innovación, no necesariamente la facilita". La razón de este ambiente menos adaptable a las transformaciones en la industria financiera se deriva de la crisis de 1982. A juicio de los autores de la investigación "en el actuar de los reguladores chilenos, a partir de la recesión de los 80', se ha detectado una fuerte preferencia por privilegiar la estabilidad del sistema, y la protección del consumidor ha pasado a segundo orden" Esto llevó a que "muchos actores del sector financiero, y varios potenciales, perciban la incertidumbre regulatoria como un obstáculo para la innovación". Entre los problemas encontrados es que parte de la incertidumbre puede atribuirse a que la regulación chilena está muy focalizada en servicios financieros que se ofrecen en forma presencial, con un domicilio físico, y no necesariamente se adapta a servicios entregados por plataformas virtuales o con algoritmos computacionales. Esto conlleva a que por ejemplo, "una innovación que esté en un estado avanzado sea sorpresivamente afectada por una regulación no anticipada al momento de su concepción". Un espacio para avanzar

Dada esta situación, Clapes UC afirma que los sandbox "ofrecen una oportunidad interesante que debe ser explorada y ofrecen un camino viable para formular una regulación sensata". Consideran que las áreas donde un sandbox podría ser útil para el desarrollo del mercado financiero estaría en la evaluación de riesgo crediticio, gestión de carteras y resolución de conflictos. Por la próxima entrega del proyecto de Ley FinTech, estiman que sería esencial que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) pueda contar con los recursos necesarios para poder asignar fondos al desarrollo de hubs de innovación como los que lleva adelante Australia, Colombia y Reino Unido, e idealmente sandbox. Este aspecto es de relevancia puesto que "en numerosas ocasiones, la CMF, al carecer de recursos propios y/o no disponer de la idoneidad profesional requerida para efectuar estudios, los termina encargando a las entidades reguladas". Agregan esta situación, "no solo demora la implementación de cualquier medida, sino que impone una carga muy gravosa en dichas entidades, ya que en términos prácticos terminan haciendo consultoría gratis para el regulador". Incluso en Clapes UC se la juegan con el contenido de la iniciativa que lleva adelante Teatinos 120 y afirman que "nos atrevemos a adelantar que el proyecto de ley posiblemente dotará a la CMF de las facultades necesarias para poder suspender, al menos temporalmente, el cumplimiento de ciertos requisitos onerosos en relación con ciertas iniciativas innovadoras, siempre que esto no conlleve riesgos excesivos o que comprometan la fe pública". La entidad concluye que los sandbox "asoman con instrumentos aptos a la coyuntura. Precisamente, al basarse en interacciones cercanas entre el regulador y las compañías reguladas, permite el testeo de tecnologías mientras se mitigan riesgos y se adquiere conocimiento respecto al funcionamiento de los nuevos desarrollos, posibilitando la adopción de regulaciones más adecuadas".

Editor
Diario Financiero

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