Antonia Rojas Eing: “El día de mañana, las grandes empresas abiertas en bolsa en Latinoamérica van a ser de tecnología”

La chilena más destacada de la inversión en venture capital en Latinoamérica cuenta cómo se convirtió en socia de una de las firmas líderes en la región y cuáles han sido los mayores desafíos en pandemia. Además, se muestra optimista en medio de los cambios políticos y sociales en Chile.

Autor:
Francisca Acevedo
Nov 1, 2021

La chilena más destacada de la inversión en venture capital en Latinoamérica cuenta cómo se convirtió en socia de una de las firmas líderes en la región y cuáles han sido los mayores desafíos en pandemia. Además, se muestra optimista en medio de los cambios políticos y sociales en Chile.

Con 29 años, a inicios de 2020, la inversionista chilena Antonia Rojas Eing dejó su vida en Santiago y se trasladó a Ciudad de México para convertirse en socia de ALLVP. Esta gestora de fondos de venture capital -como se conoce a la inversión en emprendimientos o startups- es una de las líderes en Hispanoamérica.

A los tres meses, mientras aún se acomodaba a su nuevo trabajo y país de residencia se desató la crisis del Covid-19.

"Uno de los momentos más difíciles como inversionista fue el inicio de la pandemia: había mucha incertidumbre, todo era un caos, no sabíamos qué iba a pasar con las inversiones que habíamos hecho, ni por cuánto tiempo iba a durar esto. Pero nosotros tenemos que ser esa tierra firme, que busque soluciones y acompañe en momentos difíciles a las empresas en las que invertimos", dice desde México la ingeniera comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con master en Emprendimiento Social de Hult IBS, sede San Francisco.

Este año, la chilena fue elegida como una de "Las 30 promesas" de la revista mexicana Expansión, que destaca a jóvenes talentos, que impactan en el desarrollo empresarial de ese país.

Conectar a través de la tecnología


- ¿Cómo partió su camino para convertirse en inversionista de venture capital?

- Después de uno de los terremotos en Chile, me pregunté cómo podemos conectar a personas que necesitan ayuda con personas que quieren ayudar. Y ahí creamos, con amigos, una plataforma de crowdfunding para financiar proyectos sociales.

Siempre me movieron las ganas de aprender más, de entender cómo funcionan las cosas y de conectar dos puntos que si no fuera por la tecnología no se habrían encontrado. Eso me llevó al mundo de la tecnología y tenía experiencia como inversionista en el sector inmobiliario.

Entonces, conecté ambas puntas y desde un fondo inmobiliario comencé a hacer inversiones como inversionista ángel, que son los primeros que hacen una apuesta por una startup, como externos al equipo fundador o a la familia. Así empecé a entender cómo funcionaba el mundo de las startups.

- Y, ¿cómo llegó a esta gestora?

- Fui socia del fondo chileno de venture capital Manutara Ventures, y conocí a uno de mis actuales socios, Fernando Lelo de Larrea, en un evento en Sao Paulo, donde ambos estábamos invitados como jurado. Estuvimos como cinco horas hablando en el backstage, yo sabía perfectamente que ellos habían sido los primeros inversionistas en Cornershop y los admiraba muchísimo. Ahí nos conocimos, me presentó al otro socio, Federico Antoni, nos juntamos cuando venían a Chile, organizamos eventos juntos y, al año, en una conferencia en Nueva York, me invitaron a almorzar y me dijeron 'oye Antonia, ¿por qué no te vienes a México y te nos unes?'. Y finalmente en enero de 2019 me vine a México como socia de ALLVP.

- ¿En qué consiste su trabajo?

- Primero hay que buscar las inversiones. Somos el equipo más internacional de venture capital en la región porque eso nos permite estar al tanto de lo que está pasando. También tenemos mucha diversidad en edades y género. Eso nos ayuda a tener rápidamente diferentes perspectivas de una inversión.

Después hay que tomar la decisión de dónde invertimos y luego nos las tenemos que jugar para que los equipos fundadores de las empresas nos elijan para acompañarlos.

- ¿Y cuáles son los mayores desafíos que enfrenta?

- Aprender a manejar las incertidumbres y mantener el optimismo. Uno de los momentos más difíciles, como inversionista, fue el inicio de la pandemia: había mucha incertidumbre, todo era un caos, no sabíamos qué iba a pasar con las inversiones que habíamos hecho, ni por cuánto tiempo iba a durar esto. Pero nosotros tenemos que ser esa tierra firme, que busque soluciones y acompañe en momentos difíciles a las empresas en las que invertimos. Porque si nos vamos a desmoronar, para eso mejor soltamos la batuta ahora. Ese es uno de los principales desafíos, estar siempre viendo el vaso medio lleno porque ante todo problema, siempre hay una oportunidad.

Chile y las mujeres


- Startups chilenas exitosas han tenido que salir a buscar capital fuera del país y los fondos de pensiones aún no pueden invertir en capital de riesgo. ¿Qué opina de esto?

- Hoy día está viniendo mucho capital a Latinoamérica de inversionistas como Softbank, ALLVP, Andreessen Horowitz, Accel, Sequoia, etc. Y si los inversionistas chilenos no participan rápido se van a quedar fuera.

Para los fondos de pensiones es una tremenda oportunidad invertir en empresas de tecnología.

El día de mañana, las grandes empresas abiertas en bolsa en Latinoamérica van a ser de tecnología y los fondos de pensiones tienen que ser capaces de participar y darle acceso a ellas a todos sus ahorrantes.

Y por el lado de inversionistas privados, muchos se están moviendo de manera más silenciosa, pero están dándose cuenta de que ya no tienen el poder, porque hoy día el capital es un commodity para las startups buenas.

- ¿Cuál es su visión del proceso político y social que ha vivido nuestro país?

- Chile tiene una muy buena reputación internacionalmente, el chileno y la chilena son muy bien cotizados por su talento, por su disciplina y por las ganas de hacer bien las cosas. Y creo que eso también se une con las ganas de no conformarse. Entonces, el que salgamos a la calle y digamos 'esto no nos parece bien' es algo que nos define como chilenos. Yo soy muy optimista de lo que se viene para el país, creo que los cambios son necesarios.

- No se ven muchas mujeres en capital de riesgo, ni como emprendedoras, ni como inversionistas.

- Latinoamérica es una sociedad muy machista, donde normalmente se asocia al hombre con la persona que trabaja y a la mujer con la que no trabaja. Y en esta sociedad se arman grupos de contacto de hombres con hombres y de mujeres con mujeres, pero las mujeres no necesariamente desarrollan sus lazos laborales en ellos.

Y los contactos laborales que tú vas armando son súper importantes para tu trabajo futuro porque vas desarrollando relaciones de confianza. Por lo tanto, no debería sorprender que las mujeres tengan menos oportunidades laborales, de desarrollo y de hacer negocios, porque sus redes de contactos laborales son más pequeñas, en promedio.

Entonces, nuestro desafío es ver cómo nos conectamos y nos coordinamos para hacer de ese desafío una ventaja. Y ahí uno tiene que armar lo que yo llamo nuestras propias "mafias", nuestras propias redes de mujeres en tecnología, en las inversiones, de mujeres latinoamericanas.

Editor
Diario Financiero

Diario Financiero, líder en prensa de negocios.

Ver nota original